8/06/2020

Del Proyecto: "Plazas"



Toda la noche con un café y un libro en la mano… justificando el miedo.
Es inútil; nadie va a apreciar lo que yo. Hay que estar sentado en varios lugares para hacer de lo mismo algo diferente.

Yo me quería bajar al rio para no morir en el intento.
Al fin y al cabo siempre nos escapamos de algo.  


Este lugar esta excelente de colores. La luz del sol entra como agua por rejilla y las sombras modelan líneas largas; figuras que son más grandes que los arboles. En las calles, que de aquí adentro se ven como puntos de fugas, las sombras modelan otra representación; figuras deformes y despelotadas por la conformación de las viviendas y de los tanques de agua sobre ellas.
Hay muchos, jóvenes aquí. Son adolecentes con termos de mates y bicicletas a colores, echados sobre el pasto, en los rincones de este lado del campo.  Algunos ríen y cada tanto despiertan escandalosos, hacen ruido y corren, se persiguen. Otros, más tranquilos, se tocan los hombros y conversan en silencio.     Hace un rato, solo un poco tiempo, se acerco una chica de no más de 15 años de edad. Estaba arriba de su bicicleta verde y sus ojos eran grandes y amarillos, algo hermosos. Le pregunto a mi novia que sentaba a mi lado, si era fotógrafa, que la estaba viendo sacando fotos por el parque; mi novia le dijo que solo era una aficionada, nada más. Yo estaba sentado a su lado; era un banco muy pequeño y tenía mi cuaderno en la mano. La chica de ojos enormes y amarillos la miraba con ternura y admiración. Estaba claro que esa chica tenía el impulso de la fotografía  y al verla a ella haciendo algo que a ella le gustaría hacer, sintió la razón de venir y conectarse. Yo estaba ante dos aficionadas.  Luego de decir nada dijo – que te salgan lindas las fotos- y se fue.

A veces me paso parte de mi tiempo pensando por que nos acercamos y nos alejamos de las personas. Que hay detrás de todo aquello. Creo que el arte funciona bien para todo eso.

Esta chica, la de los ojos amarillos, nunca me miro a mí. Yo estaba a centímetros de su vista pero nunca me miro a mí.